miércoles, 24 de agosto de 2011

Mensajes que deben escucharse

¿Qué demandan los alumnos a sus educadores y qué respuestas reciben? ¿Qué representa la escuela? Son preguntas centrales que surgen a partir de estas manifestaciones simultáneas de reconocimiento y displacer.
Esta pequeña y valiosa muestra de opinión es funcional a un análisis dimensionado. Tratemos de explicarlo manteniendo el equilibrio justo entre las argumentaciones defensivas y la tendencia a considerar sólo las señales de logros. Su testimonio es el estímulo perfecto para iniciar procesos de reflexión desde una escuela inteligente, con capacidad de adaptación.
"Leo por obligación." ¿Se desarrollan las habilidades lectoras básicas? El objetivo de la lectura es buscar el significado y el sentido de un texto. ¿Saben esto los alumnos?
"¿Para qué sirve?" A pesar de que impere lo instrumental y el valor de lo útil, la pregunta exige el trabajo con otras formas de presentar la realidad. "Prefiero el recreo", es lo esperable porque el significado del ambiente se relaciona con el impacto emocional que tiene sobre un individuo. En el recreo, como contexto flexible de relación e interacción, es donde se desarrollan habilidades sociales. El tema es por qué clase y recreo son excluyentes como contextos de aprendizaje. ¿Qué significados no se construyen en las aulas?
Ellos tienen proyectos: la abogacía, el cine, el deporte, la literatura, el teatro, y algunos ya revelan conductas autónomas que les permiten tomar decisiones solos y que han aprendido en la escuela. Por eso rechazan las históricas formas estereotipadas y vacías de contenido o se sienten amenazados por señalamientos intimidatorios que no promueven la autorregulación de la conducta.
"Sigue así" ¿Seguir? ¿A quién? ¿"Así"? ¿Así cómo?, o "¡Adelante!" ¿Antónimo de "atrás"? ¿Qué queremos decir? Suficiente.
Es válido sostener que se trata de la confrontación propia del discurso preadolescente, que transgrede casi deportivamente, que la asimetría del vínculo docente-alumno impide la amistad y justifica la falta de "onda" o lenguaje común, que el problema de actitud hacia el aprendizaje es importante. De cualquier manera, se impone la autoevaluación permanente, la mirada introspectiva para mejorar cada día la respuesta educativa a una demanda globalizada.
No permanezcamos en lo descriptivo... escuchemos a todos los actores y actuemos en consecuencia. La educación ayuda al hombre a crearse a sí mismo, y sobre los docentes recae una enorme responsabilidad, que requiere profesionales idóneos y comprometidos. Es tiempo de escuchar a los chicos y de colmar de significados las clases.
El camino está abierto; es un desafío? Sólo debemos estar disponibles.

Sandra Torresi
La autora es psicopedagoga y especialista en neuropsicología infantil

FUENTE: www.lanacion.com.ar 03/04/11

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