Tercera parte: https://www.youtube.com/watch?v=DDWXpYEKR_E
PsicopedagogiaCritica
"Elige por maestro aquél a quien admires más por lo que en él vieres, que por lo que escuchares de sus labios". Séneca
domingo, 1 de septiembre de 2013
"La construcción de legalidades como principio educativo" Dra. Silvia Bleichmar
Tercera parte: https://www.youtube.com/watch?v=DDWXpYEKR_E
martes, 22 de enero de 2013
Las personas con autismo tienen deteriorada la coordinación de la actividad cerebral local
"Un estudio realizado por el Hospital General de Massachusetts (MGH) ha descubierto que la conectividad local funcional del cerebro, es decir, la medida en que la actividad del cerebro en una región pequeña parece ser coordinada, se reduce en las personas con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA)."
“La conectividad funcional refleja
las conexiones que realmente juegan un papel en el tratamiento de la
información en la corteza cerebral”, señala Tal Kenet, autor principal
del estudio. Y pone como ejemplo: “Imaginad que el cerebro es como una
orquesta. Cuando los violines se coordinan con las maderas y las
trompetas con las violas, la orquesta tocará en armonía, que es una
versión de conectividad funcional local de largo alcance”
Así, explica que lo que comúnmente se cree sobre el autismo es que,
la “orquesta” no tiene muy buena coordinación entre las secciones, pero
que, los “instrumentos” dentro de las secciones se coordinan muy bien
entre sí, como si estuvieran tocando su propia melodía
independientemente del resto de la orquesta. “Hemos encontrado que es
todo lo contrario. Es como si cada violín estuviera tocando de manera
independiente, no sólo del resto de la orquesta, sino de todos los otros
violines”, resume.
Dado que las distancias involucradas en la comunicación entre
neuronas cercanas o grupos de neuronas están en una escalera de
milímetros a centímetros, ha sido muy difícil el estudio de la
conectividad local a través de métodos de imagen no invasivos.
El equipo de investigación utilizó magnetoencefalografía (MEG) una
técnica que detecta la ubicación, así como la temporización de la
actividad cerebral con alta precisión, para medir los ritmos cerebrales
de 17 hombres jóvenes diagnosticados con TEA, y en 20 voluntarios con
historias típicas de desarrollo neurológico, mirando imágenes de caras y
casas.
Como era de esperar, los participantes no afectados de TEA tuvieron
mayor conectividad de largo alcance funcional que los participantes con
autismo. Contrariamente a las suposiciones anteriores, los participantes
con autismo también redujeron la conectividad funcional local.
Fuente:
sábado, 7 de abril de 2012
martes, 3 de enero de 2012
Un nuevo método para facilitar el lenguaje en niños no verbales con autismo
Alrededor del 25% de los niños con
autismo no son verbales, es decir, no poseen lenguaje oral. Con ellos se
usan sistemas de comunicación alternativa, sistemas basados en
pictogramas, comunicadores digitales, agendas,
lenguaje con signos …, etc. Y ciertamente uno de los grandes deseos de
las familias es que el niño o niña tenga algo de lenguaje oral. Y aunque
la comunicación no siempre está ligada al lenguaje oral, la obtención
del mismo representa un hito en la adquisición de otras habilidades del
niño.
El 29 de Septiembre se publicó en la revista Plos One un artículo de investigación que les va a interesar mucho si su hijo no tienen lenguaje verbal. El artículo titulado “Auditory-Motor
Mapping Training as an Intervention to Facilitate Speech Output in
Non-Verbal Children with Autism: A Proof of Concept Study”
nos habla precisamente de un nuevo sistema para promover el lenguaje
verbal. Normalmente, la adquisición de lenguaje verbal en niños o niñas
con autismo, es siempre un muy buen indicador de la progresión. El
propósito de esta investigación ha sido validar la capacidad de un nuevo
sistema para conseguir que el niño inicie el proceso verbal.
“Auditory-Motor Mapping Training” (AMMT) es el curioso nombre que tiene el procedimiento que ha sido desarrollado por el “Beth Israel Deaconess Medical Center”
(BIDMC) y se basa en la capacidad y calidad auditiva que los niños con
autismo tienen al oír música. Según la Doctora Catalina Wan -autora
principal de este estudio e investigadora del “Music and Neuroimaging
Laboratory of BIDMC’s Department of Neurology” y del “Neurology at
Harvard Medical School (HMS)”- a pesar de la gran cantidad de niños no
verbales no existen demasiados sistemas destinados a favorecer y ayudar
el inicio del habla. El AMMT se basa en una combinación de entrenamiento
motor y auditivo, de forma que aprovecha las capacidades inherentes a
los niños con autismo para poder involucrar otras áreas de interés y a
su vez activar determinadas zonas del cerebro relacionadas con este
tema. Según Gottfried Schlaug -Director del Laboratorio de Música y
Neuroimágen del BIDMC y profesor asociado de Neurología en la Escuela de
Medicina de Harvard- el desarrollo de este sistema está ligado a un
sistema usado previamente en pacientes que habían tenido accidentes
cerebrovasculares con un resultado de afasia y perdida de las
capacidades verbales. Este sistema previo se basaba en la terapia de
entonación melódica que había dado muy buenos resultados.
Para iniciar el estudio se seleccionaron a seis niños
-del área metropolitana de Boston- no verbales con autismo y con edades
comprendidas entre los 5 y 9 años. Cada niño recibió 5 sesiones
semanales de AMNT durante ocho semanas, hasta llegar a 40 sesiones. Y
tras estas sesiones los niños presentaron sus primeras capacidades
verbales, siendo esto un paso crítico en el desarrollo futuro de los
niños. Quisiera recalcar que el desarrollo del lenguaje está íntimamente
ligado al desarrollo de la inteligencia (tal y como la conocemos), es
por ello muy importante que el niño pueda adquirir la capacidad de la
comprensión correcta del lenguaje para mejorar en otras áreas que están
íntimamente relacionadas. En niños que han superado la temida barrera de
la adquisición del habla, este sistema puede representar una pequeña
revolución que ayude a seguir rompiendo viejas creencias.
El sistema se basa en la combinación de una
entonación determinada acompañada por el sonido de un par de tambores,
de esta forma se facilita el mapeo audiomotor. Esto es muy similar al
sistema usado por los bebés para la creación de estadísticas y patrones
de lenguaje(1). El terapeuta introduce las palabras o frases
en forma de canción mientras toca los tambores de forma acompasada. Este
acto se realiza de manera muy estructurada y repetitiva. Esta respuesta
positiva está relacionada -tal y como comentábamos al principio- con el
interés y calidad empática del niño con autismo hacia la música, y
convierte la terapia en algo agradable para el niño. El binomio
canto-percusión activa las regiones cerebrales involucradas en los
aspectos visuales, auditivos, motores y representaciones mentales de
tales acciones. Esta involucración afecta al lóbulo temporal, las
regiones frontal, posterior y media, las cuales se presume son las
relacionadas con las neuronas espejo(2). La zona
frontoparietal está relacionada con la parte motora, que según la teoría
de las neuronas espejo, se activa no solo cuando ejecutamos la acción,
sino cuando la vemos u oímos.
Basados en esta compleja interrelación, el uso de la
terapia AMMT se vincula con la percepción de los sonidos con
articulación oral (Palabras o frases) y la acción motora en sí necesaria
para la articulación. De esta forma se fortalecen las relaciones entre
las funciones anatómicas propias del habla y la auditiva que conecta con
las regiones motoras del cerebro, facilitando así las habilidades de
comunicación.
Existen en la literatura científica casos
documentados sobre niños que adquirieron lenguaje tras una intervención
similar, pero estos casos no estaban suficientemente bien documentados, y
no se sabía con certeza si esta adquisición de lenguaje verbal era
debida a la evolución propia de los niños o estaba directamente
involucrada con este tipo de intervención.
Los niños objeto del estudio habían sido valorados
mediante la prueba “Childhood Autism Rating Scale” (CARS) y habían
recibido todos ellos terapia de lenguaje durante al menos 18 meses sin
resultado alguno en la adquisición de un lenguaje mínimo funcional.
Todos los participantes del estudio mostraron mejoras significativas
tras las 40 sesiones. Presentándose el mayor avance en las primeras 15
sesiones y manteniéndose los logros adquiridos dos meses después de la
finalización del estudio.
Y aunque tras las sesiones los niños habían iniciado
la adquisición de lenguaje, ciertamente seguían presentado carencias en
el mismo, pero su capacidad posterior para adquirir nuevas palabras
aumentó, más si cabe que se partía de un nivel cero de lenguaje previo.
Añadir que es una intervención de muy poco costo, ya que salvo una mesa,
dos sillas, un par de tambores y el/la terapeuta no hace falta nada
más.
Este estudio nos abre una nueva puerta para una
mejora en la intervención dedicada a la adquisición de habilidades del
lenguaje en niños con autismo.
domingo, 27 de noviembre de 2011
Los 5 “errores” más comunes que cometen los padres hoy
Límites, autoridad, impaciencia, sí fácil y
“amiguismo”. Los expertos alertan que el ejercicio pleno de la
paternidad está en riesgo. Coinciden en que el “padre amigo” no cumple
sus funciones. Entre el viejo autoritarismo y el exceso de concesiones.
Las claves.
Les falta autoridad. Pierden la paciencia fácilmente. Son
demasiado complacientes. No saben frenar las demandas. Confunden su rol
al ponerse a la altura de sus hijos o considerarse sus amigos. Cada
época tuvo sus padres con sus complicaciones particulares. Según los
especialistas, a la nueva generación se le dificulta sostener el
ejercicio pleno de la paternidad, entendida no sólo como el ser que ama y
protege sino también como el adulto que pone las reglas y las hace
cumplir.
El ser humano tiende a irse a los extremos. Después de
generaciones de padres rígidos y distantes, ahora los más chicos están
siendo criados por adultos a los que les cuesta horrores imponerse. Son
papás que no quieren repetir viejos mandatos familiares y que además
viven agobiados por las obligaciones cotidianas. Entonces no quieren ser
los malos de la película el poco tiempo que comparten con sus hijos. El
diálogo y la ternura son avances incuestionables para los chicos, pero
permitirles todo y festejarles cualquier pavada tampoco es hacerles
ningún favor. Sobra información y llueven los libros de crianza. Y aún
así ¿por qué cuesta tanto ser padres hoy? Andrés Rascovsky, presidente
de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), es tajante: “El padre
complaciente y amigo no cumple sus funciones, y la función paterna es
indispensable. El padre debe instalar la responsabilidad y los valores. Y
es quien debe brindarse como modelo de identificación”.
Su
colega, Ana Rozembaum, apoya: “Hay un ‘borramiento’ de las diferencias
generacionales que complica las relaciones entre padres e hijos. En
otros tiempos los padres ejercían un exceso de autoridad, casi un
autoritarismo que dificultaba los vínculos. Pero si deponen excesiva y
prematuramente su rol, la situación es caótica”.
Hoy se instaló un
nuevo fantasma: no ser queridos por los hijos, y su consecuencia más
evidente, que es hacer todo tipo de concesiones. “Eso impide el armado
de categorías básicas como la de posible-imposible, permitido-prohibido o
lícito-interdicto”(Rozembaum). La psicoanalista Graciela Faiman ahonda
en la falta de límites: “El chico al que le dejan hacer cualquier cosa
está desprotegido. Y si no encuentra amparo en su familia, lo busca
afuera”. Claudia Amburgo (APA), elogia y pega: “Hoy los padres hablan,
blanquean situaciones y son afectivos, pero son intolerantes y viven
apurados”.
Algunos están haciendo todo lo contrario a lo que sus
mayores hicieron con ellos, “pero ni una cosa ni la otra, pensemos en la
gama de grises que hay en el medio”, propone María Esther de Palma, de
la Fundación Familias y Parejas.
La periodista Flavia Tomaello
escribió un libro sobre el tema: “Qué animales somos como padres”. El
chiste responde a un best seller de una norteamericana hija de chinos:
“Himno de batalla de la madre tigre”. Su teoría es que para que los
hijos triunfen en este mundo ‘cruel’ y ‘competitivo’, hay que ser
rígidos en su educación. Y Tomaello responde que ni tigres ni conejos:
“Nos precedieron generaciones de padres adustos que priorizaron el orden
al vínculo. Eran adultos con carencias de comunicación. Se fundaba la
autoridad en la distancia, se criaba con ‘mano dura’ y sin oportunidad
de debate. En respuesta llegó el modelo centrado en el vínculo. Nacieron
las familias de padres amigos de sus hijos. La autoridad fue proscripta
y el eje central de la crianza fue dar a los pequeños la libertad de
encontrar sus propios límites. Ninguna de las dos experiencias es
plena”.
Una de las consecuencias más visibles de la crianza actual
es el consumo desmedido. Los chicos piden, piden y piden, a veces sin
reparar siquiera en qué, lo importante es que mamá o papá compren. Y
compran. Está claro que las empresas saben dónde apuntar. Lo que no está
claro es por qué los adultos sucumben tan fácilmente. “Se mercantiliza
el vínculo, supliendo el tiempo de atención que los padres deben dedicar
a sus hijos a cambio de regalos que generan un patrón de intercambio
donde los chicos reclaman cosas como forma de pedir atención y los
padres se las dan como manera de suplir el tiempo y cubrir la culpa”,
dice el economista Matías Tombolini. Su consejo no sólo es barato, es de
puro sentido común: a los chicos hay que prestarles atención. Hay que
sentarse en su cuarto a jugar a los autitos, a las muñecas o a cualquier
cosa. “No hace falta estar dos horas, con quince minutos de toda
nuestra atención se puede reconfigurar el sentido de los bienes, que
deben ser entendidos como un medio y no como un fin en sí mismo”.
La psicóloga Marisa Russomando insta a recuperar el instinto: “Los niños desean y necesitan padres responsables y divertidos”.
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