lunes, 16 de agosto de 2010

Una escuela modelo en la que todos pasan de grado


Los alumnos explican cómo aprenden a diario. Y la directora cuenta la fórmula para lograrlo.

Por COLABORO RUBEN ELSINGER

EN CLASE. LOS CHICOS DE LA ESCUELA TUCUMANA APRENDEN Y SE DIVIERTEN.

Una de las claves para trabajar sobre el error de los chicos es un seguimiento intensivo, con una mayor dedicación a cada alumno. De esa manera podemos comprender por qué un alumno se equivoca y que él lo entienda también. Al alcanzar este nivel de comprensión, el acierto llega solo”, dice a Clarín Blanca Laurentina Arrieta, directora de la escuela “Nuestra Señora Virgen del Milagro”, a 7 kilómetros de la capital tucumana. Allí, donde cursan la escuela primaria 215 alumnos, lograron alcanzar el índice de repitencia cero. “Primero trabajamos desde la reflexión. Y tratamos todo el tiempo de bajar las abstracciones a ejemplos concretos . Por último, incentivamos a los alumnos para que descubran los conocimientos por ellos mismos, los inducimos a que lo hagan”, explica Arrieta cuando se le consulta por la fórmula.

El resto lo reflejan los propios alumnos. Joaquín (6), de primer grado, cuenta a su modo cómo trabajan la articulación de la lectura con la comprensión: “A mí me gusta la escuela porque hacemos muchos juegos. Por ejemplo, la señorita dice ‘tocar cabeza’ y nos tenemos que tocar la cabeza. Después escribimos en el cuaderno”.

Mili (11), de quinto grado, retrata una etapa de lecto-escritura de mayor complejidad: “Este año leímos muchos cuentos y caracterizamos a los personajes, poniendo qué hacen y cómo son. También hicimos poesías. La señorita nos preguntaba y nosotros íbamos aportando los versos y las rimas. Hicimos un libro, que se llamó ‘Pequeños escritores’”.

Ni a las matemáticas, frecuente ‘cuco’ en las aulas, le escapan estos alumnos. Rocío (12), de sexto grado, relata: “A mí me gustan las matemáticas, no me cuestan. No nos dan mucha tarea para la casa. Trabajamos más en la escuela y nos quedamos a hacer la tarea después de hora”.

Esta escuela tucumana es una de las cinco que han logrado la repitencia cero. De las otras cuatro, una está en Chaco y las otras tres en Gobernador Virasoro, Corrientes. Estas últimas son escuelas rurales, con menos chicos por aula, y se puede enseñar de manera más personalizada.

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