viernes, 27 de agosto de 2010

Transtornos del sueño:

¿Por qué su hijo no duerme bien?

Mamá, en un ratito me levanto... zzz. Profesora, el resultado de la operación aritmética es...zzz. Papá, vamos a jugar al... zzz. ¿Los anteriores son episodios cotidianos en la vida de su niño? Pues bien, preste atención, ya que quizá este se encuentra atravesando alguna clase de trastorno del sueño.

Diferentes tipos
En primer lugar, debe saber que los pequeños pueden sufrir diferentes alteraciones a la hora de acostarse y que estas se presentan debido a diversas causas. A continuación, sepa cómo identificarlas.

El insomnio:
Se da cuando el infante tiene poca capacidad para conciliar el sueño o para mantenerlo. El neurólogo y experto en medicina del sueño Darwin Vizcarra afirma que esto tiene que ver con el desarrollo del mecanismo de separación. "Cuando el niño ha dormido mucho tiempo con sus padres o estos se acuestan con él en espera de que se quede dormido, el pequeño va a pensar que esta es una conducta adecuada. Esto hará difícil que concilie el sueño cuando se lo deje solo en su cuarto o tienda a despertarse continuamente en la noche buscando repetir la sensación de placer que le da la presencia de los padres". Agrega que el no querer dormir también puede surgir como un sentimiento de desafío hacia sus progenitores.

Inconvenientes físicos: Si la criatura padece de alergias alimentarias, renales, de obstrucción nasal, tos o ronquidos, esto será una molestia al momento de dormir. Vizcarra comenta que en un estudio que se realizó el año pasado se comprobó que entre un 6% y 7% de niños en edad escolar es víctima de estos problemas. Existe también el síndrome de las piernas inquietas, que se origina debido a dolores de crecimiento que pueden ser genéticos o deberse a falta de fierro. Aunque suene increíble, esto hace que el infante tenga la necesidad de mover las extremidades en la noche, lo que obstaculiza el sueño.

Pesadillas:
De acuerdo con Vizcarra, aparecen cuando el niño no ha terminado de definir los límites entre la realidad y la fantasía. Pero, como advierte la psicóloga infantil Verónica Zevallos, "también pueden indicar la presencia de problemas emocionales y la vivencia directa o indirecta de sucesos traumáticos, como la pérdida de un ser querido, conflictos conyugales o un ataque violento. La psicoterapia es de ayuda en algunas ocasiones".

Importancia
Es primordial que los niños descansen correctamente pues, como lo indica Vizcarra, "los niños que no duermen bien, no aprenden bien". Agrega que, contrariamente a los adultos, que por falta de sueño experimentan sólo cansancio, los pequeños combinan esto con conductas de hiperactividad. Dormir reorganiza el cerebro, motivo por el cual si el infante pasa malas noches, es probable que padezca de déficit de atención o se demore más en realizar sus tareas.
Claro que dormir también beneficia el crecimiento del pequeño, la relajación de sus músculos y la regulación de su sistema inmunológico, evitando así la aparición de posibles enfermedades o infecciones. Recuerde: lo óptimo es que un niño en edad escolar duerma entre ocho y diez horas al día.
Zevallos explica, además, que "cuando un niño no sufre interrupciones en el sueño tiene mejor predisposición para establecer vínculos sociales y una actitud favorable para enfrentar los retos que se le presentan, así como manejar adecuadamente un posible fracaso y frustración asociada".

Hipersomnia
El infante puede atravesar otro tipo de alteración denominada hipersomnia. Esta se manifiesta cuando duerme más horas de las que debería. Como lo indica el especialista Darwin Vizcarra, "esto se puede dar a manera de compensación o producto de una falla fisiológica en el riñon, hígado, la tiroides y, en casos extremos, el desarrollo de un tumor".
La psicóloga Verónica Zevallos agrega: "La situación también puede relacionarse con la creación de una defensa para escapar de las presiones del día".

Consejos
  • Establezca reglas y límites con el fin de inculcarle a su hijo una rutina a la hora de dormir.
  • Evite sobresaltar al infante antes de que este se vaya a acostar. Esto incluye no agitarlo en demasía o discutir con él. Tampoco le deje la luz del cuarto encendida.
  • Báñelos o léales un cuento para conseguir que se relajen y concilien el sueño sin dificultades.

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