martes, 7 de diciembre de 2010

"Los docentes trabajan en soledad"

Reflexiones de la especialista Marina Müller. Una entrevista con miradas sobre la realidad de los docentes, el papel de los psicopedagogos y del Estado como conductor de las políticas educativas.

por Albertina Marquestau
albertinam@lacapitalmdq.com.ar

"Los docentes están trabajando la mayor parte del tiempo en soledad, enfrentando a 30 chicos con realidades y necesidades diferentes", asegura la doctora en psicología, Marina Müller, quien reclama acompañamiento para los educadores y una mirada más institucional y abarcativa de los problemas que se suscitan dentro del aula. De paso por Mar del Plata donde dictó el curso de "Formación docente y psicopedagógica, estrategias y propuestas para la intervención educativa" en la Universidad Fasta, la también licenciada en psicología que se ha especializado en psicopedagogía, psicología de la educación, orientación educativa, tutorías docentes, formación docente y psicopedagógica, y psicoterapias breves; consideró que actualmente hay una tendencia de apertura para abordar las cuestiones que ocurren dentro de la escuela de una manera más institucional.
- Siempre se está planteando la cuestión del rol docente, ¿cuánto más faltará para pasar a otra instancia o por qué cree que hay que seguir hablando del tema?
- Creo que es porque es un tema bastante complejo a pesar de que parece muy simple. Primeramente estamos en una época de mucha complejidad y cambio de paradigmas, entonces la sociedad y la cultura contemporáneas están cambiando a una velocidad vertiginosa y obviamente la niñez, la adolescencia y la juventud y todos los sujetos de la vida contemporánea, también lo hacen. Los docentes si bien pueden tener excelente voluntad y trabajar actualizándose, no siempre tienen la posibilidad de hacerlo y la formación docente tendría que revisar también sus paradigmas y los contenidos. También darles más contención a los docentes en las instituciones porque creo que frente a tantas dificultades que se observan en la vida actual, hay que ver que los docentes están trabajando de alguna manera en soledad, frente a un grupo numeroso de chicos y muchas veces, con un nivel bajo de arraigo porque están en varias escuelas, lo que hace más difícil el hecho de poder compartir con colegas y sentirse contenido desde la institución.
- Quizás la falta de acompañamiento, ya sea gubernamental, institucional, es lo que hace que el tema siempre esté en debate ¿no?
- Exactamente. Y además por las cuestiones docentes básicas que yo creo que no son una característica única de nuestro país, y que es la poca valorización que se da en la sociedad al rol docente. Primeramente en su significación simbólica, porque al menos en ese sentido si el docente se siente reconocido y valorizado es otra la situación, pero en la sociedad es como que ha perdido significancia y relevancia ese valor social importantísimo de la educación frente a otros medios. Como es el caso de los medios de comunicación social que actualmente parecen mucho más atrayentes y cercanos a la niñez y juventud que lo que puede ser la pedagogía en una institución de educación sistemática. Por otro lado está el tema de la gratificación material y el salario de los docentes, que en realidad están manejando valores incalculables como es la formación de los seres humanos del presente y del futuro para la integración social, y eso tendría que ser sumamente reconocido desde el Estado y las instituciones, y retribuido económicamente como corresponde. Inclusive con incentivos para la formación, y que se puedan hacer en el mismo tiempo de trabajo. Son todas cuestiones que están largamente pendientes e influyen en esto.
Desvalorización
- La familia en esto de desvalorizar al docente también tiene mucho que ver...
- Hay una dificultad actualmente en la articulación de la escuela-familia porque en realidad tiene que haber un necesario puente, porque el chico no llega a la escuela como si fuera una tabla rasa sino que la primera educación se realiza en forma sistemática en la familia. La familia es educadora y hoy, por distintas situaciones del mundo contemporáneo, los padres delegan muchas funciones de la maternidad y paternidad en la escuela. Es por eso que la escuela ha crecido muchísimo en asistencialismo, entonces tal vez no puede cumplir suficientemente en forma puntual el tema de lo pedagógico, sino que tiene que hacerse cargo de otras funciones que la familia o no está en condiciones de asumir o lo hace de una manera precaria. Ahí se presenta toda una problemática y dificultad.
- ¿Qué papel juegan los psicopedagogos en este contexto que usted plantea?
- Los psicopedagogos, absolutamente siempre a mi manera de ver, tendrían que jugar un destacado papel. Lo mismo que otros profesionales que tienen afinidad con la educación como pueden ser los psicólogos, los fonoaudiólogos o los trabajadores sociales. En algunos sistemas educativos la Provincia de Buenos Aires fue pionera porque a mediados del siglo XX se fundó la Dirección de Psicología y Asistencia Social escolar que en todas las escuelas públicas proveía un trabajador social y lo que se llamaba un asistente educacional que solía ser un psicopedagogo. Qué sucede, había siempre un criterio de atender los problemas o sea "el chico problema", como sino se pudiera intervenir en la parte de promoción de la salud en el aprendizaje, de un mejor clima institucional en el aprendizaje. Esto es mucho más reciente y hará unas dos décadas comienza a plantearse una temática que forma parte de un nuevo paradigma en educación y salud mental que es el de la saludgénesis. Es decir, en lugar de atender a la psicopatología y a los casos problemáticos, se atiende a toda la institución, a la promoción de mejor calidad de convivencia en la institución, a la promoción de mejor aprendizaje. Entonces, no hace falta que el chico tenga problemas, ni es conveniente que se siga con el concepto de gabinete psicopedagógico que es como un lugar cerrado, una especie de consultorio escolar donde hasta los chicos y los padres tienen miedo de ir. Sino como un concepto de un equipo psicopedagógico integrado en la institución y colaborando con el equipo directivo y el docente, donde estén trabajando par a par para tratar de mejorar la calidad educativa no solamente de los alumnos, sino que ahora también se habla de instituciones inteligentes que también aprenden, como conjunto humano que está trabajando ahí y que se abre a nuevos paradigmas, que trabaja de diferente manera.
Un cambio
- Eso suena muy interesante, pero en los hechos, ¿cuesta implementarlo?
- Sí, cuesta, pero tiene muchísimo que ver con la voluntad de aggiornamiento y cambio de los equipos directivos. No puede ser algo venido desde afuera, verticalista por ejemplo, de un ministerio de educación. Sino que tiene que ver con los equipos directivos y con los mismos planteles docentes que quieran abrirse a una actualización, a una formación permanente, a un trabajo en equipo. Esto no es muy fácil por la índole de las cosas que antes cité, pero creo que está en revisión y que en algunos lugares se empieza a dar un proceso de cambio.
- Hay como mayor apertura entonces...
- Sí, y mayor conciencia de esta necesidad de cambio, y en algunas instituciones esto es un proceso vigente, en un proceso que se está cumpliendo.
- De todos modos, el docente siempre se siente olvidado y se queja de ello...
- Hay que pensar que los docentes están trabajando la mayor parte del tiempo en soledad y tienen que enfrentar 30 chicos -más o menos-, pero cada uno con su diversidad, con sus características, con sus problemáticas, y todo eso repercute y el docente tiene que hacerse cargo como puede y con un nivel alto de exigencia y de estrés. Es una de las profesiones que se considera de riesgo por la cantidad de pedidos de licencia por cuestiones psicológicas por ejemplo, y esto tiene su razón de ser en esto. Y en el hecho de que las instituciones no siempre atienden a esto de la buena calidad y la contención del equipo docente.
- Las últimas gestiones educativas han demostrado un mayor interés en querer mejorar algunas cuestiones... ¿cómo lo ve usted?
- Yo creo que sí, hay una cierta tendencia pero muchísimo por hacer. La conciencia existe y la tendencia también, en ciertos sectores y aspectos, pero habría que hacer un sistemático esfuerzo en todo el sistema educativo y también a partir de las bases. Porque muchas veces se han planteado reformas educativas que han sido muy resistidas porque no se ha sentido a fondo la participación de los docentes en la elaboración de esas nuevas pautas, sino que a veces han sido proyectos muy tecnocráticos donde la bajada de línea venía y esto se sentía como una imposición, no como una necesidad surgida de todo el trabajo cotidiano. Esto es lo que creo, habría que cuidar que sea algo con lo cual participen muy activamente los mismos docentes, las instituciones, los equipos directivos y que desde la base se pueda ir planteando qué es lo que necesita la gente que está trabajando en el día a día. Y que se puedan brindar posibilidades de actualización en el mismo lugar de trabajo, de incentivos, de sistemas de becas para los docentes también. 

http://www.lacapitalmdp.com/noticias/La-Ciudad/2009/08/15/154073.htm

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