domingo, 29 de mayo de 2011

Las neurociencias y la educación...

.... pueden trabajar codo a codo.

Por Facundo Manes: director del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Presidente del Grupo de Investigación en Neurología Cognitiva de la Federación Mundial de Neurología.


La importancia de la educación para el crecimiento personal y progreso social es indiscutible ya. Y también lo son los adelantos que existen en relación a los estudios científicos sobre el cerebro humano. Pero, aunque estos últimos han tenido avances significativos en las últimas dos décadas, la interacción entre las neurociencias y la educación recién está comenzando .
Las neurociencias tienen el potencial para realizar importantes contribuciones a la educación entendiendo los p rocesos biológicos y ambientales que influyen en el aprendizaje . Factores biológicos afectan la respuesta cerebral a las experiencias del medio ambiente. A su vez, el ambiente de aprendizaje influye sobre los procesos biológicos. La investigación sobre el funcionamiento del cerebro humano ha incrementado el entendimiento de algunos de los procesos cognitivos fundamentales para la educación tales como: aprendizaje, memoria, alfabetización, lectoescritura, inteligencia, toma de decisiones, lenguaje, comprensión de textos, cálculo, manipulación de los símbolos numéricos, el sueño y las emociones.
Estos hallazgos y los métodos científicos pueden tener implicaciones favorables en escenarios educativos formales. Por ejemplo, estudios de neuroimágenes funcionales, técnica moderna para examinar el procesamiento cerebral, sugieren que los principales sistemas de lectura de textos alfabéticos están lateralizados al hemisferio izquierdo . Otras áreas cerebrales han sido descriptas como claves para algunos de los procesos más importantes del aprendizaje, incluyendo la zona occipito-parietal inferior para el procesamiento de propiedades visuales, formas de letras y ortografía, y la zona temporo-occipital, asociada a habilidades de lectura.
Asimismo, las neurociencias investigan las diferencias que existen en la organización cerebral de personas adultas alfabetizadas y analfabetas . Se ha entendido cómo el proceso por el cual los problemas aritméticos simples que son aprendidos una y otra vez (por ejemplo, las tablas de multiplicación) logran almacenarse como memoria declarativa, mientras que los cálculos más complejos requieren de las áreas visuo-espaciales para su correcta ejecución. De este modo, podrían delinearse las estructuras que han de ser estimuladas para una mejor incorporación de estrategias de resolución de problemas.
Además, las neurociencias contribuirán a la educación aumentando nuestra comprensión de las bases neurales del aprendizaje , permitiendo identificar personas con riesgo de fracasar en el aprendizaje.
Muchas preguntas sobre la política educacional pueden y deben ser abordadas también desde las neurociencias. ¿Cuál es la mejor edad para iniciar la educación? ¿Existe una edad crítica más allá de la cual resulta más complejo alcanzar el alfabetismo? Es evidente que estos interrogantes son críticos para construir políticas educacionales . También existen eternas preguntas que se hacen los profesores en el aula: ¿por qué algunos niños aprenden más fácil que otros? ¿Qué es la inteligencia? ¿Hay algún componente genético para la inteligencia? Las neurociencias pueden contribuir en la búsqueda de respuestas y los educadores no deben temer sus descubrimientos , ya que muchos de éstos podrían respaldar la práctica de una enseñanza intuitiva de alto nivel. Asimismo, las neurociencias deben adaptar sus investigaciones a prácticas concretas teniendo en cuenta los saberes imprescindibles de los docentes.
Es en el encuentro entre disciplinas donde surge la interacción que produce mejoras sensibles en nuestra capacidad de entender. Aunque la transición del conocimiento científico al aula no es una tarea fácil, el diálogo de las neurociencias cognitivas, la psicología, la pedagogía y la práctica docente debe generar un nuevo foco en la educación. De eso se trata el futuro.

miércoles, 25 de mayo de 2011

La lengua materna se adquiere sin demasiada dificultan porque en el cerebro del recién nacido ya hay una gramática elemental precargada.
Cualquiera que haya tenido hijos o sobrinos se habrá sorprendido de lo rápido que adquieren el lenguaje los niños pequeños. Alrededor de los tres años ya pueden hablar y elaborar frases aunque la pronunciación no sea prefecta. Es fascinante ver cómo captan la conjugación de los verbos y cómo hacen que todos sean regulares. Y es que para un niño pequeño el lenguaje tiene una perfección matemática. Comprender cómo adquirimos el lenguaje es el santo grial de los lingüistas.
Algunos filósofos llegaron a proponer en el pasado que el ser humano es una tabula rasa, un contenedor vacío que es llenado por la cultura de su entorno. Esta ignorancia absoluta de la naturaleza humana todavía se da de vez en cuando en la actualidad. 
En el caso del lenguaje Noam Chomsky propuso hace ya 50 años que los humanos son capaces de aprender tan rápido la lengua materna porque al nacer ya tenemos una gramática elemental implantada o precargada en nuestros cerebros. Es decir, ya sabemos al nacer ciertos conceptos fundamentales sobre el lenguaje sin que nadie nos lo haya enseñado. Obviamente, este condicionamiento no trata sobre el idioma en particular que se aprender, ya que éste depende del entorno cultura en donde crece el niño.
Ahora, en un estudio llevado a cabo en la Universidad Johns Hopkins, se ha confirmado esta predicción de que tenemos ciertas reglas sintácticas que nos permiten aprender la lengua materna fácilmente.
El nuevo estudio muestra claramente que los niños no son una página en blanco a llenar, sino que están condicionados inherentemente para aprender la lengua. Además de confirmar la hipótesis de Chomsky, el estudio introduce una interesante nueva aproximación para generar y comprobar otras hipótesis dirigidas a responder algunas de las grandes cuestiones relacionadas con el proceso de aprendizaje del lenguaje.
En el estudio un personaje denominado Glermi, caricaturizado como alienígena de color verde, enseñó a los voluntarios, todos adultos cuya lengua materna era el inglés, una lengua artificial denominada verblog a través de un videojuego. En uno de los experimentos, por ejemplo, Glermi mostraba en pantalla un inusual objeto alienígena de color azul denominado “slergena” e instruía a los participantes a decir “geej slergena”, que en verblog significa “slergena azul”. Entonces los participantes veían tres objetos en la pantalla y se les instruía a decir “slergena glawb”, que significaba “tres slergenas”.
Aunque los participantes no eran conscientes de ello, muchas lenguas del mundo usan dos tipos de ordenación de las palabras, en muchas de ellas el adjetivo precede a los nombres y en muchas los nombres son seguidos por un numeral. Sin embargo, raramente ambas reglas se usan juntas en el mismo idioma, tal y como se hace en verblog.
A los voluntarios de los grupos de control se les enseñaba una lengua diferente que se correspondía con verblog en casi todo, pero que usaba otras combinaciones que son comunes en lenguajes humanos.
Estos investigadores pensaron que si el conocimiento de ciertas propiedades gramaticales humanas, tales cómo deben de combinarse adjetivos, nombres y numerales, es innato en el cerebro humano, entonces los participantes tendrían dificultades a la hora de aprender verblog. Pues bien, eso es exactamente lo que pasó.
Estos adultos voluntarios, que no habían sido expuestos a ordenaciones de palabras distintas a como se hace en inglés, aprendieron fácilmente los lenguajes artificiales con los ordenamientos que se encuentran en las lenguas terrestres, pero fallaron a la hora de aprender verblog. Estaba claro que el cerebro de los aprendices sabía que el orden de las palabras en verblog era extremadamente raro, justo como Chomsky había predicho hace medio siglo.
Según uno de los investigadores implicados, la lengua es algo que nos separa de las demás especies y si comprendemos cómo los niños son capaces de aprender rápida y eficientemente la lengua, pese a su complejidad, entonces adquiriremos un conocimiento fundamental acerca de esta facultad.
Este estudio sugiere que el problema de la adquisición del lenguaje se hace más fácil porque los aprendices ya conocen algunas cosas importantes acerca de las lenguas humanas, en este caso que ciertos ordenamientos de palabras son más frecuentes que otros.
Para poder realizar este estudio se usaron herramientas de la Psicología, de las Ciencias Cognitivas, de la Lingüística y de las Matemáticas, por lo que es un bonito ejemplo de estudio interdisciplinar.