lunes, 27 de septiembre de 2010

Gen que limita el aprendizaje

Descubren gen que limita el aprendizaje y lo bautizan Homero Simpson

Científicos estadounidenses descubrieron que desactivando ese gen las ratas de laboratorio se volvían más astutas e inteligentes. Le pusieron el nombre del personaje de animación


Científicos de la Universidad de Emory (Estado de Georgia, EE UU) descubrieron que desactivando un gen, las ratas de laboratorio se volvían más astutas e inteligentes. El gen RGS14, fue bautizado como gen Homer Simpson y se encuentra también en seres humanos, lo que hace que el hallazgo abra una puerta a nuevas terapias que mejoren, en el futuro, el conocimiento, la memoria y el aprendizaje.

La investigación señala que la desactivación del gen Homer Simpson en ratas hizo que se moviesen con más destreza por laberintos y mejoraran su capacidad para recordar objetos.

Según publicó el sitio español 20minutos.es, los encargados del estudio se preguntan por qué existe este gen en ratas y humanos, a la vez que aseguran que debe profundizarse más en el asunto ya que, por el momento, no se puede asegurar que un inhibidor fuese un remedio futuro para mejorar nuestra inteligencia.

En los humanos, este gen activa la región del hipocampo conocida como CA 2, relacionada con el aprendizaje, la memoria y los nuevos recuerdos.
http://www.rosario3.com/noticias/enserio/noticias.aspx?idNot=78477

La letra cursiva

En plena era digital, discuten en la escuela el uso de la letra cursiva

Alumnos de colegios primarios y secundarios, y también docentes, cuestionan su uso porque “es difícil”, “se pierde más tiempo” y genera “desprolijidad”. Los pedagogos defienden sus beneficios. Juicio a la letra cursiva...

Por José Luis Cutello

La letra cursiva está en debate. Es común que alumnos de colegios primarios y secundarios cuestionen su uso porque “es difícil”, “se pierde más tiempo” y genera “mayor desprolijidad” sobre la hoja que la letra de imprenta. Algunos maestros se hacen eco de ese reclamo y creen que su empleo está ligado a la tradición escolar. Sin embargo, pedagogos y especialistas en lectoescritura le otorgan a la cursiva una importancia poco conocida en el desarrollo neurológico y motriz de los niños.

“Sabemos que en la escritura cursiva está presente, de algún modo, la personalidad del individuo. De ahí la importancia de los estudios grafológicos en las diferentes disciplinas que tienen que ver con la naturaleza humana”, reflexionó ante Clarín la profesora de Enseñanza Media y Superior en Lengua, Susana González, quien detalló que la cursiva “es una sucesión de rasgos ascendentes y descendentes, donde la mayor o menor soltura del trazo hace que la letra sea más redondeada o inclinada y por consiguiente deje impreso un estilo personal, que el niño va afianzando con su crecimiento y la práctica”.

La siguiente explicación es bien ilustrativa. El alumno que utiliza letra cursiva, aseguran los pedagogos, escribe con fluidez sus ideas y ve favorecida la percepción de palabras por la continuidad, mientras que las letras de imprenta, al estar separadas, interrumpen la secuencia de pensamiento.

Inclusive, el método creado por la profesora en Educación Especial, María Cristina Retondaro, para tratamientos de dislexia y disgrafía recomienda la utilización de letra cursiva porque facilita los procesos neurológicos que “sustentan el aprendizaje de la lectoescritura”.

Respecto a su dificultad, González indicó que la escritura “es una destreza psicomotriz” y como tal necesita adiestramiento. Lisa y llanamente, requiere de práctica. Sin embargo, ese ejercicio hoy se ve amenazado por la omnipresencia de la computadora, un objeto latente y al alcance de muchos chicos, que en la etapa inicial de aprendizaje, reemplaza al lápiz y a la cursiva por el teclado y la letra script: “Siendo por naturaleza grandes imitadores, las letras que visualizan los chicos con más frecuencia son las de imprenta que ven frente al monitor de la computadora y eso hace que tiendan a escribirlas con mucha más rapidez”, afirmó.

“La polémica tiene su historia”, contó a Clarín María Alejandra Iorio Gnisci, directora de la Escuela 154 del Barrio Parque Industrial de Neuquén: “Las maestras hemos atravesado diversos trayectos en cuanto a la enseñanza de lectoescritura. A la cursiva se le daba gran importancia cuando, enmarcadas en el conductismo, se ponía el eje en la unión de las letras y se asimilaba leer a decodificar y escribir a copiar. Cuando comenzamos a trabajar la lengua como sistema de representación, la letra que se utilizó fue la imprenta mayúscula por ser la que los niños encontraban más frecuentemente”.

De todos modos, Iorio consideró que “la cursiva debe enseñarse tanto como la imprenta”, aunque precisó que “lo fundamental” es que los maestros centren el eje de la enseñanza y del aprendizaje en formar jóvenes lectores y productores de todo tipo de textos.

Para qué sirve: Los chicos que utilizan letra cursiva escriben con más fluidez sus ideas y ven favorecida la percepción de palabras por la continuidad del trazo. Para los grafólogos, la letra cursiva describe rasgos de la personalidad de los individuos. Se recomienda el uso de cursiva en tratamientos de dislexia y disgrafía porque facilita los procesos neurológicos que “sustentan el aprendizaje “.

http://www.clarin.com/sociedad/educacion/digital-discuten-escuela-letra-cursiva_0_342565872.html


miércoles, 22 de septiembre de 2010

"No hace falta querer al niño que hay detrás del alumno para enseñarle"

“Para ser maestra te tienen que gustar los chicos” o bien “un buen maestro es cariñoso y conoce a todos sus alumnos”. El libro “Maneras de querer” (Paidós) de Ana Abramowski se dedica a desnaturalizar esos mandatos y estereotipos sobre la afectividad docente en las relaciones pedagógicas.

"Es una falsa dicotomía la de enseñar y querer", asegura la educadora Ana Abramowski.

"Es una falsa dicotomía la de enseñar y querer", asegura la educadora Ana Abramowski.

   Abramowski es pedagoga, egresada de la Ciencias de la Educación (UNR), magíster en ciencias sociales y docente e investigadora del Area Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Argentina.

   La investigación reflejada en su nuevo libro se orienta a problematizar esas relaciones afectivas que los docentes establecen con sus alumnos. El estudio sale al rescate de aquel afecto de carácter público, más generalizado del rol, que le permite a Abramowski afirmar —en diálogo con La Capital— que “no hace falta querer al niño que hay detrás del alumno para enseñarle”.

Estereotipo emocional

   ¿Un docente tiene que querer a los chicos para enseñar?

   —En mi trabajo empecé preguntándome por lo que luego llamé “estereotipo emocional docente”, aquel que dice que para ser maestro te tienen que gustar los niños, tenés que quererlos o que un buen maestro es dulce, cálido y comprensivo. Son cuestiones tan dadas por sentadas que funcionan como un deber ser. Y aquí lo válido es problematizar esa afirmación, ver de dónde viene, cómo se constituyó ese rasgo afectivo, y en especial, cómo funciona hoy.

   —¿Y cómo funciona?

   —No sólo están los estereotipos emocionales del buen maestro, sino que cada vez se habla más de docentes que quieren a los niños pero no les enseñan. Los discursos de la profesionalización apuntan a eso: a armar una falsa dicotomía entre enseñar y querer.

   —¿Cuál es el cambio más notorio entre la relación afectiva pedagógica de la escuela inicial y la de hoy?

   —El costado emocional (de la relación) está en los orígenes del sistema educativo, aún con cierta rigidez y con cierta distancia. Pero si uno recorre historias de vida y le pregunta a cualquiera sobre sus maestros, en esas memorias hay rasgos de afectividad. La cuestión afectiva en los orígenes del sistema educativo era más un plus que un rasgo central, que no estaba psicologizado como está ahora. El punto de inflexión es la entrada de la psicología. Hoy la personalidad está a la vanguardia de la escena, pareciera que para ser maestro y poder sostener ese lugar hacen falta carisma, simpatía, cuando hace unos años el rol se sostenía mucho más desde el oficio.

   —En el libro habla de los “afectos políticamente incorrectos”. ¿De qué se trata?

   —Me encontré con que es difícil estudiar lo afectivo sin tener en cuenta la ambivalencia afectiva, donde aparecen los amores y los odios. Y la verdad es que el odio es difícil de nombrar en la escuela. Generalmente aparece como que son los otros los que rechazan a los malos alumnos. Muchos maestros que entrevisté me nombraron esto de que algunos chicos les caen bien y otros no tan bien, pero también que lo importante es enseñarles y tratarlos a todos por igual. Está presente ahí la impronta igualitaria de la escuela moderna en su área afectiva.

   —Hoy es común escuchar hablar de “vínculo pedagógico”, en especial como una manera de acercarse a los chicos, de conocerlos para poder enseñar. ¿Qué opina?

   —Si recomponer lo vincular tiene que ver con contener y conocer a los chicos, hay que decir que está bastante psicologizada esta idea, y que tiene que ver con una pedagogía más relacional, donde importa generar espacios de proximidad y de intimidad, de saber qué le pasa al otro. Con esta idea, se podría pensar también que el fracaso escolar se vincula a un fracaso afectivo, más que de la inteligencia como pasaba antes. Esto da cuenta de la centralidad de la variable afectiva para nombrar los problemas.

Cuestión de derecho

  —Muchas maestras y maestros dicen que asegurar el aprendizaje a los chicos es una manera de manifestar cariño por la profesión y por tanto a los niños.

   —Uno de mis objetivos con este libro era la especificidad del afecto docente, poder pensar esas modalidades del querer que tenga matices particulares para alguien que elige la docencia como trabajo, como rol. Una manera de querer es desprenderse del otro, dejar que se vaya. Este es un cariño más impersonal, más genérico, no tan ligado a este niño o aquel. Es interesante poder pensar que no se juega en la individualidad el afecto docente, que es un afecto de carácter público. Algo así como pensar: No hace falta que te conozca para que te quiera y para que te enseñe.

   —No pasa entonces tanto por el niño sino por el alumno.

   —Sí, uno puede distinguir entre el niño y el alumno. No hace falta querer al niño que hay detrás del alumno para enseñarle.

   —¿En esta idea está implícito el lugar del derecho a la educación?

   —Sí, y algo más: hay una manera de pensar los afectos más políticamente. Es una manera de estar advertidos de cierta impunidad, para que en nombre de los afectos yo no sea injusto como docente.

http://www.lacapital.com.ar/ed_educacion/2010/9/edicion_83/contenidos/noticia_5020.html

viernes, 17 de septiembre de 2010

Dislexia

Dislexia: niños entre 4 a 7 años, más propensos a padecer el trastorno

La dislexia es un trastorno de la lectura que imposibilita su comprensión correcta. Según estadísticas nacionales, el 15 por ciento de la población lo padece – esto es 1 de cada 7 personas -. Y, si bien es un problema infantil, se traslada a la adultez, por eso es necesario prestarle atención para que pueda ser tratada a tiempo y así, sus consecuencias más graves no afectarían inmediatamente.

Video en: noticiasdel6.com | Dislexia: niños entre 4 a 7 años, más propensos a padecer el trastorno | Misiones

En principio, se debe prestar atención a la franja etárea de 4 a 7 años, ya que es en esta etapa donde se presentan indicios del trastorno. Entre las dificultades más comunes aparecen los problemas con la lectura y las habilidades lingüísticas que el chico pueda ir desarrollando.

A su vez, del 15 por ciento de la población que padece de dislexia, el 80 por ciento tiene problemas al momento de leer y en el aprendizaje. Es en esta instancia donde el trastorno se hace presente y suele confundirse con las dificultades de atención, cuestiones madurativas y emocionales de los niños.

En el envío televisivo conducido por Jorge Kurrle, se dieron a conocer algunos ítems para que los padres y adultos comiencen a prestar mayor atención a esta problemática si el niño no recuerda secuencias simples, como contar hasta 20, el abecedario o los días de la semana; si no recuerda fácilmente directivas verbales, si no entiende la idea de las rimas; si no reconoce palabras que comienzan con la misma letra; si no usa palabras específicas para nombrar objetos; si no recuerda los nombres de los lugares o de las personas y si no entiende las relaciones de abajo-arriba, derecha – izquierda.

“Muchos padres dicen: ya va a pasar, cada uno tiene sus tiempos, y no es así. En primer grado el chico debe aprender a leer, sí o sí. Esto no es una cuestión de inteligencia o que el chico tenga más o menos voluntad, es un trastorno que se presenta y los papás y docentes deben estar atentos”, explicó Gabriela Neis.

En tanto, expertos en el tema recomiendan que una vez que se registren algunos de los síntomas en los niños, sus padres deben llevarlos a una psicopedagoga o al gabinete psicopedagogo del establecimiento educativo.

Día del Psicopedagogo

La fecha resulta propicia para efectuar consideraciones sobre el rol que los profesionales juegan en el acompañamiento del proceso de aprendizaje. Asociados a menudo con las dificultades en el ámbito escolar, con su tarea van más allá y buscan dotar de herramientas para que aprender sea una experiencia formadora que garantice un desarrollo pleno.

El 17 de septiembre, la fecha en la que se recuerda el fallecimiento de Jean Piaget, un reconocido psicólogo y filósofo suizo cuyo aporte al estudio del pensamiento y el lenguaje dio origen a la epistemología genética, ha sido instituida para celebrar el Día del Psicopedagogo y referir con esta conmemoración a una profesión estrechamente vinculada con el terreno de la educación y asociada a disciplinas de las que se nutre para acompañar el proceso hacia el aprendizaje. En rigor, la efeméride recrea desde 1982 la fundación de la Federación Argentina de Psicopedagogos luego de una reunión convocada por el Colegio Profesional de la materia en la ciudad de San Juan. La configuración de la Psicopedagogía como espacio profesional ha estado estrechamente vinculada a los cambios que han operado en la sociedad. Surge en el siglo XX donde la preocupación por la infancia ha adquirido una importancia relativamente preponderante. El fin del siglo XX llevó inevitablemente a revisar la importancia de los avances que se produjeron. Como espacio profesional es donde se da la confluencia de un conjunto de profesiones: psicológicas, sociológicas, antropológicas, pedagógicas, y otros campos que cobran gran auge en la actualidad, como las ciencias cognoscitivas y la neuropsicología. El objetivo de la psicopedagogía es potenciar al máximo la capacidad de aprendizaje de niños, adolescentes y adultos. Su quehacer fundamental está relacionado con los aprendizajes, su evolución, vicisitudes, obstáculos y con las intervenciones adecuadas. Su ámbito de trabajo no está circunscrito solamente a la escuela y a la educación, sino que es una interdisciplina que configura una praxis. Todos los procesos educativos, independientemente del contexto institucional en el que tienen lugar, instituciones escolares, familiares, empresas, centros de educación de adultos, centros de formación y capacitación, asociaciones laborales y comunitarias, centros recreativos y medios de comunicación, son susceptibles de formar parte del campo de actuación de la psicopedagogía. En la segunda mitad del siglo XX, el campo ‘psi’ ingresa al edificio de otras disciplinas y se abrió un nuevo espacio para las prácticas que encontraron lugares posibles de articulación con el hacer en pos de la salud. Actualmente las demandas provienen de diferentes ámbitos, y los psicopedagogos están insertos en organizaciones laborales, empresariales, recursos humanos, medicina preventiva, medicina gerontológica, equipos de neuropsicología, asesoramiento institucional educativo, proyectos de tercera edad y recreativos; incluso los ámbitos tradicionales como la escuela y la salud mental plantean diferentes demandas a las tradicionales. En este marco, la psicopedagogía ha ido emergiendo poco a poco y lo sigue haciendo cotidianamente. Las prácticas psicopedagógicas de hoy más que nunca, conllevan todo un desafío en la formación profesional mediante la incorporación de nuevos enfoques teóricos, la actualización permanente y la ética profesional.

El propósito de la psicopedagogía es optimizar al máximo la capacidad de aprendizaje de las personas.

Esta profesión surge en el siglo XX cuando la preocupación por la infancia comenzó a adquirir relevancia. Durante la segunda mitad del siglo este campo de a poco fue incorporándose en espacios donde se articuló con la salud.

En la actualidad los psicopedagogos están insertos en diversos ámbitos, no sólo trabajan en los gabinetes de escuelas primarias y en el área de la salud mental. Su labor también se desarrolla en sitios como, por ejemplo, organizaciones laborales, empresariales, recursos humanos, medicina preventiva, equipos de neuropsicología, asesoramiento institucional educativo, proyectos de tercera edad entre otros.

Estos profesionales cuentan con herramientas que le permiten establecer un diagnóstico de las dificultades y destrezas. Esto se logra mediante la evaluación de las distintas áreas que comprometen el aprendizaje. Por lo general el psicopedagogo utiliza entrevistas y tests estandarizados que le ofrecen información objetiva.

lunes, 6 de septiembre de 2010

La educación y el avance tecnológico

Estos tiempos de vertiginosa globalización han desatado cambios permanentes que generan desconciertos a todo nivel. Cuando se está intentando no ya asimilar, sino entender una realidad informática, surge imprevistamente otro elemento o novedad que tienden a modificarla. Mientras eso ocurra en ese terreno y vaya de la mano del último grito de la moda (twitter, facebook, myspace, telefonía celular, GPS, BlackBerry, etc.) no hay problemas porque no hace al contenido, sino a la forma, en este caso de la comunicación.

Lo problemático es cuando este desconcierto sucede a nivel educativo y se ensayan peligrosos cambios al ritmo de la tecnología. Este año, el Gobierno nacional comenzó a entregar miles de computadoras (netbooks) a estudiantes del nivel secundario, con la idea de que es necesario actualizar las metodologías de la enseñanza, y a partir de la cesión masiva de los ordenadores ya se habría producido un progreso, según una funcionaria. La viceministra nacional de Educación que asistió en nuestra ciudad al VI Congreso Político Educativo "Bicentenario, realidad, desafíos y proyecciones", le dijo a nuestro diario que "el avance que estamos haciendo, con una netbook por alumno, va a significar otro estilo de trabajo: esas netbooks, que también van a ir a los institutos de capacitación docentes, van a estar gradualmente conectadas a internet". Afirmó que para tener éxito en esta iniciativa, es necesario generar contenidos digitales. "Las máquinas que les vamos a entregar a los chicos tienen 500 contenidos; y se van a producir muchos más; el docente, ahora, no tiene más el libro, la fotocopia. Tiene que utilizar lo que la máquina contenga, o lo que la máquina pueda abrir por internet", dijo. La funcionaria señaló que la otra pata de esta iniciativa es la formación docente. "Ese docente, ahora, promoverá en sus alumnos la motivación para trabajar resolución de problemas, simulaciones en física, juegos didácticos, libros digitales... Pero, como todo proceso complejo, habrá que esperar un tiempo hasta que se vean los cambios", sostuvo. Indicó que la formación docente es fundamental y que la modalidad moderna de la capacitación no es sólo que le dicten un curso de cómo se enseña la matemática, sino que el docente revise sus prácticas, y que ese proceso de revisión se incorpore como una formación continua. "Los recursos que la Nación y las provincias ponen en bibliotecas escolares, en ludotecas, en computadoras, son todos factores de mejora de la calidad. El tema es que para que la calidad se produzca debe generarse un proceso muy complejo", aseveró.

Coincidimos en que la formación docente es el punto de partida y eje en todo sistema educativo. Pero al mismo tiempo, consideramos que si este no es preparado debidamente en los contenidos y las materias que deberá luego enseñar, si no se lo introduce en el manejo de las nuevas herramientas informáticas, si no se le estimula la creatividad y el hábito de la lectura, si la carrera de formación docente sigue sin tener jerarquía universitaria seguiremos aún lejos de concretar las buenas intenciones.

Da la impresión de que en este proceso -como en otros- se ha empezado por el final. Antes de capacitar al docente, se les está entregado computadoras a los adolescentes, de manera que los roles se invertirán nuevamente y en materia informática, el educador pasará a ser estudiante de su alumno. Ello contribuirá a debilitar aún más la figura del educador.

Cambiar por cambiar no lleva a ningún lado y nos acerca al precipicio. Así como los hijos son, por lo general, el reflejo de los padres, los alumnos lo son de sus maestros. Los resultados de las futuras evaluaciones mostrarán si esta modernización del sistema ha sido beneficiosa.

http://www.lagaceta.com.ar/nota/396995/Opini%C3%B3n/educacion_avance_tecnologico.html